Tabarca no es una isla cualquiera. Su historia comienza en el siglo XVIII, cuando fue colonizada por pescadores genoveses que buscaban refugio de los piratas. La isla pasó de ser un pequeño asentamiento de pescadores a un importante punto de comercio y un símbolo de resistencia ante los ataques. Hoy en día, la isla es conocida por su impresionante muralla, construida en el siglo XVIII, que rodea parte de la isla y nos recuerda esa época de lucha y supervivencia.
A lo largo de los años, Tabarca ha mantenido su ambiente pintoresco y tranquilo. Sus calles estrechas, sus casas de colores y su puerto pesquero siguen siendo testigos de su historia. Hoy en día, la isla es un destino popular para los turistas que buscan escapar del bullicio de la ciudad y disfrutar de una experiencia más relajada, pero igualmente enriquecedora.

El Caldero Tabarquino: Un guiso con historia
El caldero tabarquino es un auténtico manjar que se sirve tanto en la isla como en los alrededores de la región de Alicante. Este plato tiene sus raíces en las costumbres de los pescadores de la isla, quienes preparaban este guiso con los ingredientes más frescos que el mar les ofrecía. Lo que hace único al caldero es su simplicidad y la intensidad de los sabores del mar.
Este plato se elabora con pescado fresco, como el mero, el rape o el cabracho, mariscos como gambas y cigalas, arroz de grano corto (generalmente el arroz bomba) y un caldo de pescado cargado de sabor. Lo que realmente marca la diferencia es la preparación: el arroz se cocina con el caldo de pescado, absorbido lentamente, lo que le da una textura caldosa y una profundidad de sabor única.
Una de las claves para que el caldero sea perfecto es el alioli, una salsa cremosa de ajo que acompaña el guiso. El alioli se mezcla con el arroz y el pescado, creando un contraste de texturas y sabores que hacen que este plato sea verdaderamente memorable.
Aunque el caldero tabarquino sea uno de los mayores atractivos gastronómicos de la isla, Tabarca ofrece mucho más para aquellos que se aventuran a explorarla. Sus playas de aguas cristalinas son perfectas para un día de relax, y su pequeño puerto pesquero invita a pasear por sus muelles y disfrutar de la vista de los barcos. Además, la isla cuenta con una rica oferta de actividades como el buceo, donde podrás explorar el parque natural submarino que rodea la isla, hogar de una impresionante biodiversidad marina.
Y no podemos olvidarnos de la impresionante Muralla de Tabarca, que ofrece unas vistas espectaculares del mar y la costa, o de la Iglesia de San Pablo y San Pedro, un lugar de culto cargado de historia. Cada rincón de Tabarca tiene algo que contar, y es un lugar que, sin duda, deja huella en quienes lo visitan.
Si estás buscando un destino que combine historia, naturaleza y una gastronomía excepcional, Tabarca es el lugar perfecto para ti. Y si hay algo que no puedes perderte, es probar el caldero tabarquino, un plato que no solo satisface el estómago, sino que también te acerca a la esencia de la isla. La próxima vez que tengas la oportunidad de visitar Tabarca, no olvides disfrutar de su deliciosa cocina, su historia fascinante y, sobre todo, la calidez de su gente. ¡Tabarca te espera con los brazos abiertos y un caldero lleno de sabor!